Dominar la mezcla de colores lleva su tiempo, pero estos consejos te evitarán algunos de los errores más comunes al mezclar pinturas de color.
Aprender mezclando. La mejor manera de aprender a mezclar colores es a base de práctica. Nunca está de más conocer la teoría del color, pero hay una brecha entre la teoría pura y el resultado que vas a obtener al mezclar colores que no son ideas sino materia y por lo tanto en su mezcla influyen diferentes variables que la teoría no tiene en cuenta.
Los ejercicios de mezclas de colores son sencillos, metódicos y -no te voy a engañar- algo aburridos; pero durante el proceso vas a conocer mejor tus materiales en la práctica y obtendrás una carta de colores personalizada con tus materiales que te servirá de referencia para proyectos artísticos en el futuro.
El color más oscuro será el dominante. Cuanto más oscuro es un color más dominará la mezcla. Por ejemplo, si mezclas pintura amarilla y azul cobalto al 50% no vas a obtener un verde intermedio, pues el azul cobalto es mucho más oscuro y dominará la mezcla que será más azulada que intermedia. Para saber cómo de oscuro es un color puedes equiparlo con una tabla de grises.
Entonces, ¿cómo debo mezclar colores cuando uno es más oscuro que otro? Con paciencia, empezando por el color más claro, añadiendo en cantidades muy pequeñas del pigmento oscuro que irás aumentando progresivamente hasta que des con el color que quieres.
Empezar con mezclas pequeñas. Si no tienes suficiente experiencia mezclando colores es mejor hacer siempre un pequeño test de prueba en tu paleta o en un recipiente con el mínimo de pintura para que compruebes la proporción que necesitas de cada color.
De este modo en caso de que te hayas equivocado y conseguido una mezcla con la que no puedes seguir trabajando (ese color neutro entre marrón y gris que parece tragarse o ensuciar cualquier otro pigmento que se le añada) no habrás perdido apenas pintura (o ninguna, pues algunos artistas guardan mezclan los restos de pintura para conseguir un gris cromático).
Mezclar de más para superficies grandes. Una vez que sabes cómo obtener en la práctica el color que buscas, los colores que has de mezclar y en su proporción, puedes hacer mezclas voluminosas. Si vas a necesitar mucha cantidad de un color mezclado en una obra prepara más de lo que calculas que vas a emplear y almacénalo.
Así te evitas el problema de quedarte sin ese color en el futuro y que te cueste reproducir la misma mezcla exacta. Cuando se pinta con pinturas que cambian de color con el secado (con acrílico por ejemplo), se puede volver especialmente complicado si aún no tienes suficiente destreza mezclando colores o la mezcla es sutil y compleja.
Mezclar colores sin mezclarlos. ¿Cómo se mezclan los colores sin mezclarlos previamente? Se puede hacer una mezcla visual por proximidad de colores pigmento puros como hacen los puntillistas. De esa manera los colores no están mezclados físicamente, pero el espectador percibe los puntos de color agrupados y produciendo en su mente la mezcla visual.
Otra manera de modificar un color es con veladuras, pintando con capas de pintura semi-transparente sobre colores opacos secos. En vez de crear un tercer color, lo que haces es variar las cualidades del color original.
Saber cuándo no mezclar. Hay circunstancias en las que no es recomendable ponerse a mezclar colores, sino comprar directamente pintura del color que buscas. Es un mito falso la afirmación que dice que con tres colores primarios, blanco y negro, puedes crear el resto de colores. Por mucho que mezcles habrá matices que te será imposible igualar.
Si eres un pintor colorista que disfruta pintando con colores vivos y saturados, no te hará gracia descubrir que cuanto más mezclas pinturas de distinto color más apagada es la mezcla que obtienes.
Por otro lado, aunque puedas conseguir siempre que quieras cierto color a través de una mezcla, si es un color básico en tu paleta y lo usas constantemente, te vas a ahorrar mucho tiempo en mezclas innecesarias comprando pintura de ese color directamente.
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